La “cirugía ortognática” se llama processo de tratamiento de deformidades dentofaciales (prognatismo, retrognatia, asimetría facial, etc.), que se basa en la posibilidad de “desarmar” segmentos óseos de la cara que están en diferentes posiciones inadecuadas, con las inevitables consecências estéticas y/o funcionales, y “rearmarlas” para corregir,de a modo programado, Cambios posicionales y morfológicos.

 

Cuando la cirugía involucra, simultáneamente, el maxilar superior (maxilar)   y el maxilar inferior (mandíbula), el cirujano necesita un dispositivo oclusal (placa o férula) que, colocado en un arco dental aún intacto , en la posición original, sirven de “guía” para colocar la otra arcada, la que desde entonces se ha aflojado como consecuencia de las osteotomías (cortes óseos) practicadas. Luego se coloca este en su posición definitiva, amarrando los arcos entre sí para fijarlos e inmovilizarlos a través de la placa guía, que permitirá la fijación rígida de los topes óseos de la respectiva base ósea del primer maxilar operado, con tornillos. o placas y tornillos de titanio o fijaciones reabsorbibles. Use, still, una “guía quirúrgica final”, correspondiente a la nueva y definitiva posición de relación entre las arcadas.

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Después del advenimiento de la fijación rígida en la cirugía ortognática a principios de la década de 1980, se reconoció la necesidad de fabricar estas   "placas guía" porque, además de indicar las nuevas posiciones de los arcos durante la cirugía, _cc781905 -5cde-3194-bb3b-136bad5cf58d_conferiam  estabilidad posicional durante la fijación, facilitando el proceso.

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Luego se realizaron guías quirúrgicas en el laboratorio, utilizando el montaje adecuado de modelos de yeso de las arcadas dentarias del paciente en dispositivos apropiados, simulando la posición tridimensional original de los maxilares en el rostro del paciente_cc781905-5cde-3194 -bb3b-136bad5cf58d_ y “operando ” el yeso según ciertos preceptos.

 

La “cirugía de modelos”, como comúnmente se le llama, tiene como único objetivo hacer “guías”. El resto de la información no puede aceptarse como precisa. No permite calcular la magnitud de algunos movimientos esqueléticos, detectar interferencias esqueléticas derivadas de los movimientos óseos, ni los cambios estéticos resultantes de la repercusión de los movimientos óseos sobre la cubierta de tejidos blandos. La cantidad de pequeños errores que se acumulan en el pronóstico de laboratorio es tan alta que todos son conscientes de la fragilidad del método. Su valor, sin embargo, cuando está bien ejecutado, es innegable y precioso solo siendo distorsionado por la posibilidad actual de proceder con el pronóstico virtual tridimensional (3D).